En el mes de la patria no sólo los mexicanos darán el grito. Livia Brito Pestana, representante oficial de nuestro país para el concurso Reina Mundial del Banano 2009, bien merece alaridos de pasión desbordada a mitad de una noche tricolor que dispense el tequila y el mariachi a borbotones.
Su impresionante estatura de 1.74 metros, es la mejor plataforma para distribuir sus medidas más que perfectas: 92-61-95. “Me siento nerviosa y a la vez orgullosa de representar a México en el extranjero”, expresa esta hermosa trigueña de origen cubano que, nacionalizada mexicana hace más de un lustro, volará este 13 de septiembre a Ecuador, tierra reconocida a nivel internacional por su vasta producción de oro verde (plátano), para ser la tercera participante mexicana en más de 25 años de historia que tiene esta justa de belleza.
— ¿A qué edad y por qué llegaste a México? — A los 13 años y vine porque a mi papá le ofrecieron trabajo.
—¿Cómo decides quedarte definitivamente en nuestro país? — Me gustó mucho su gente, su comida y, además, el Himno Nacional Mexicano es más pegajoso que el cubano (risas).
— ¿Qué te gusta de la comida mexicana? — Me fascinan los chilaquiles, pero con poco picante por favor, ¡ah!, y el pulque de vainilla lo probé en una reunión y me agradó mucho su sabor, textura y toda la cultura prehispánica que hay a su alrededor.
Livia es estudiante de la carrera de Administración, misma que combina mientras modela en nuestro país para marcas de reconocido prestigio, “me gusta estar en los medios y participar en eventos de moda y concursos de belleza, siempre y cuando no descuide mis estudios”.
En el amor le gustan las cosas despacito, pues no es de las chicas que se revientan el primer día, “si salgo con un chico que me interesa, a la semana y media de conocernos, está bien un besito de piquito”.
—¿Tienes perversiones? — No, soy una chica buena. — ¿Te han dicho un piropo?
— Sí, el otro día pasaba junto a una obra que parecía abandonada y, de repente, empezó una sinfonía de chiflidos a mi paso, me dio mucha risa ver cómo de la nada, una docena de albañiles salió para silbarme.
Livia abunda en el tema del chico ideal.
—¿Qué le pondrías a un mexicano que tenga el cubano y viceversa?
— Al mexicano le pondría la seguridad con que se te acerca el cubano. Y al cubano, le daría el exquisito trato que tiene el mexicano hacia las mujeres... el cubano a veces se pasa de macho.
Cien años de soledad es su lectura favorita. Bellas Artes y la pintura Art Decó, los incentivos precisos para balancearse por las nubes.
La preparación de esta digna representante de nuestro país, es ardua y estricta. Dietas balanceadas, ejercicio y cultura general, van dando forma y sentido a Livia que, supervisada por un grupo de profesionales de la belleza, nos confía: “Tengo confianza porque estoy en manos de expertas para llegar alto en este certamen en el cual no participaba una mexicana desde 1998”.